Ola Blanca

Era un dia d e esos de Nieve pura, la nieve casi alcanzaba 20 cm y aun nevaba, Nikolai caminaba por esta nieve, necesitaba pensar acerca de la mision que le habian encomendado.
-Esta mision es una de las mas raras que me han dado pero me gusta este Clima terrestre-decia nikola mientras segia caminando viendo como cai la nieve

Aunque nevaba y casi era imposible caminar, una muchacha se abría paso entre la nieve con expresión inalterable e indeferente. Llevaba puesto como atuendo un vestido blanco delgado que atraía la mirada de los pocos transeuntes, pero no porque fuera bonito, sino porque estaba fuera de lugar.

Los comentarios eran mas o menos exclamaciones de sorpresa, incredulidad y sorna, pero poco le importaba, sinceramente. Ella no podía sentir el frío como los humanos lo sentían, su recipiente tampoco estaba consciente de lo que hacía.

No tenía ninguna misión impuesta, excepto la suya propia. Opinaba que debía darle tiempo a su recipiente original. Eso sí, sería poco, el cuerpo que ocupaba ahora era un plan B que no le favorecía para nada, con este problema encima sus habilidades se veían reducidas.

Siguio caminando hasta que sintio una presencia familiar cerca, con su mirada busco a ambos lados, sin éxito alguno. Una leve expresión surco su rostro, que podía interpretarse como confusión.

Nikolai con la misma expresion fria y seria de siempre sentia una presencia que se le hizo conocida muy cerca, aunque no recordaba a quien le pertenecia.
Nikolai notaba que cada vez la presencia se hacia mas fuerte y la sentia mucho mas Cerca, nikolai vestido de Con un sueter largo que se le ajustaba perfectamente, unos Jens y una gabardina negra comenzo a buscar disimuladamente con la mirada.
No logro encontrar a nadie que le pareciese conocido ni que le diera señales de ser la fuente de la energia que sentia, mientras mas caminaba lo unico que vio fue una chica que se acercaba, al fin habia logrado reconocer la presencia que habia sentido.
-Anael-dijo Nikolai deteniendose en medio de aquella gran Nevada

Anael, ya descubierta, se dio la vuelta con paciente lentitud.

- Nikolai - el arcángel susurro su nombre en un tono indescifrable, mirandole directamente a los ojos al mismo tiempo en que su rostro dejaba la indiferencia de lado, captando toda su atención - ¿qué haces por aquí, hermano? - le pregunto amablemente, con el debido respeto. Entre todas las coincidencias del mundo, no pensó encontrarse con él, pero no por eso pensaba que su presencia era mal recibida, más bien todo lo contrario.

Nikolai se iro para mirarla con aquellos ojos verdes que poseia su Receptaculo, Nikolai como todo arcangel era bueno con sus hermanos celestiales.
Aunque no pensaba encontrarse con Anael le gusto aquella coincidencia
-Anael, hace mucho que no te veo hermana-dijo Nikolai sin dejar su expresion-He venido a la tierra con la misma mision que supogo te dieron a ti acabar con las sombras-dijo El Arcangel
-aunque no es el lugar de mi sueños, es un buen paisaje para tocar el arpa, Ahora Anael necesito que me digas que sabes acerca de los demonios de estos lugares-continuo diciendo Nikolai

Anael esbozó una pequeña sonrisa, de esas que solo salen cada mil años. Luego volvio a su semblante serio.

- Me he informado un poco más desde que la puerta del infierno se abrio - comenzo a hablar - los demonios estan esparcidos en diferentes regiones de los estados unidos, en este momento una minoría se esta dedicando a buscar recipientes con el fin de asesinarlos, para que consecuentemente nuestros hermanos no puedan detenerlos -

Dedico una mirada al cielo antes de continuar.

- En cuanto aquí... hay un demonio en esta región - le dijo a Nikolai - pero no es cualquier demonio, es Samael - aún recordaba bien a Samael, había sido uno de sus hermanos, uno de los tantos que cayeron y fue uno de los pocos que alcanzaron a estar dentro del círculo de confianza de Lucifer - si él salio del infierno, estoy segura de que Lilith, Alastair, y todos los demás demonios jefes también lo hicieron, es solo cuestión de tiempo para que comienzen con su plan -

Por lo pronto, Anael comenzaba a sentirse preocupada por su recipiente original, sabía bien que los demonios los tenían contados.

Nikolai no estaba sorprendido con los primeros demonios que menciono ni que la puerta del infierno, pero ne el momento en Anael pronuncion el Nombre de Samael y el de los demas demonios Nikolai sabia que su mision se habia complicado, aquellos eran oponentes Formidables.
Nikolai solo pensaba en como se habra abierto la puerta infernal y como aquellos seres tan oscuros salieron del Averno.
-No te preocupes-dijo Nikolai con tono serio-Acabare con esas amenazas y devolvere la paz que se supone que deberia reinar en este mundo-continuo Diciendo Nikolai que se tomaba muy en serio las amenazas de la oscuridad
-Anael-replico-deberas mantenerte al margen, no podemos seguir perdiendo Angeles Guerreros asi que en las siguientes batallas quisiera pedirte que no lucharas- Al Arcangel por mas que lo negara no le gustaba ver morir a sus hermanos

Anael observo a su hermano con tristeza.

- Puedo entender porque deseas que me mantenga al margen, Nikolai - apenas ladeo la cabeza - pero también espero que entiendas las razones por las que decido no hacer caso a tu petición -

En sus palabras no había terquedad ni obstinación, solamente un agudo deseo de ser escuchada y comprendida... al menos una vez. Tantas veces quedandose al margen, en un rincon, sin hacer nada le habían hecho plantearse el sentido de su vida y misión.

- No eres el único que ha visto morir a nuestros hermanos, Nikolai - continuo hablando - yo aún recuerdo y sé que duele, y es por eso que me quedare a luchar contigo - esto último no lo había previsto, pero al decirlo se sintio bien. Anael no sería Anael si es que dejara solo a sus hermanos, ella misma se arrancaría la gracia antes de hacerlo.

Puede que nunca lo dijese, pero Anael le tenía un cariño especial a Nikolai. Era cierto que amaba a todos sus hermanos, pero él al igual que Dios tenía un lugar especial en su corazon y no resistiria el dolor y la culpa si es que le llegara a pasar algo. Despues de todo, siglos y siglos de compañia no pasan por nada.

Nikolai sentia las Ganas que Anael tenia de Luchar, asi que el no era quien para Prohibirle a esta que luchara contra aquellos que habian llegado a destruir a sus hermanos, con los cuales habia compartido mucho mas que batallas contra los demonios.

-Esta Bien Anael-dijo Nikolai en el mismo tono pacifico y calmado que lo caracterizaba-no puedo impedirte que Luches, es tu deber como Guerrera del cielo pero Hay algo que debo decirte, Mephistopheles Ha despertado-continuo diciendo sin alterar el tono de su voz.
-Debes tener mucho mas cuidado que antes, Ya hay dos de los principes del Infierno si despierta el tercero no podremos evitar las batallas, ademas creo que somos los unicos Arcangeles en la tierra, necesitamos estar mucho mas alerta que antes-decir Nikolai el cual sabia que la situacion no pintaba nada bueno.
-Astaroth, Azazel y BBehemoth ya estan en la tierra, tambien debes tener cuidado con ellos-termino de decir Nikolai preocupado por el destino del Mundo Humano

Anael no parecio sorprendida ante esta revelación.

- Sé que Mefistófeles ha vuelto y sé donde esta - se notaba algo de amargura en su voz, las cosas se complicaban para ella - él es quien tiene en custodia a mi recipiente original y no entiendo por qué no la ha matado - algo andaba mal con ello y realmente le carcomía no saberlo.

Al oír los nombres de Astaroth y Behemoth, Anael sintio una punzada de aflicción al pensar en lo qué estarían haciendo.

- Azazel esta muerto, Nikolai - le noticio rapidamente, desechando la posibilidad de que fuera un peligro - fue asesinado por un cazador con la colt - no entendía muy bien el mecanismo de aquella increíble arma hecha por humanos, pero lo único en que podía pensar ahora era en prevenir que las creaciónes de su padre resultaras agraviadas y claro esta, que los demonios recibieran su respectiva sanción.

Sin hacerse esperar más, decidio. Era necesario actuar de una vez.

- Yo iré por Mefistófeles -

Nikolai escucho con calridad todas las palabras de Anael y no se inmuto ante ninguna de ella, Aunque la mayoria de los demonios fueron destruidos no podia bajar la guardia, aun estaban en terreno enemigo y desconocian los nuevos poderes de los Angeles demoniacos.

-No te detendre Anael-dijo Nikolai-no puedo hacerlo, yo Ire a por Samael, si necesitas mi ayuda para acabar con Mephisto necesito que me prometas que me invocaras-dijo nikolai Manteniendo el Tono Calmado, aunque a Nikolai no le gustaba inmiscuirse en batallas de otras personas no podia permitir que una de los ultimos Arcangeles sea destruido solo por luchar contra un demonio

Mientras se daba la vuelta, le respondio.

- Lo prometo, Nikolai - no estaba segura de poder vencer, pero lo intentaría. O al menos intentaría ser aceptada por Alessa, era su única oportunidad. La esperanza todavía no estaba perdida. - ve con Dios, hermano - diciendo así sus palabras de despedida, Anael desaparecio.