Arrepentimiento

Alessa siguio a su primo sin chistar ni hacer preguntas. Al llegar, quedo algo sorprendida, ¿era aquí donde estaba mi familia?.

Cuando habló, su voz denoto confusión.

- ¿Qué hacemos aquí, Mike? - pregunto mirando la zona desertica medio-asombrada. - ¿vamos acaso a esperar a alguien? - volvio a preguntar la niña, con visible ignorancia.

Alessa miro preocupada a su primo al verlo salir. Realmente preocupada. Pudiera ser que ella solo era una pequeñaja, pero sabía tratar a las personas y se daba cuenta de los detalles.

Siempre, siempre tratando de ayudar.

Y siempre rechazada.

Siempre, siempre las mismas palabras.

- "mocosa ignorante, sal de aquí" -

- "Eres un fenomeno, con razón te dejaron aquí, nadie te quería" -

Aparto esos negros pensamientos y sonrio, ahora si tenía alguien que le amaba, y pronto vería a la familia a la que por tantos años espero. Lo mejor era que estaba estaba con su primo, y por alguna razón, se sentía protegida y poderosa a su lado. Apenas conociendolo, ya le quería inmensamente.

De modo a pasar el tiempo, recordo una canción que había escuchado en la radio, y la habia oido una y otra vez, tanto que estaba impregnada en su memoria y guardada como su favorita. Sin ser consciente, comenzó a cantar en voz alta.

"When the daylight's gone, and you're on your own
And you need a friend, just to be around
I will comfort you, I will take your hand
And I'll pull you through, I will understand
And you`ll know that...

I'll be at your side
There's no need to worry
Together, we'll survive
Through the haste & hurry
I'll be at your side, if you feel like you're alone
And you've nowhere to turn
I'll be at your side

If life's standing still and your soul's confused
And you cannot find what road to choose
If you make mistakes
You can't let me down
I will still believe
I will turn around

And you know that

I'll be at your side, there's no need to worry
Together we'll survive through the haste and hurry
I'll be at your side
If you feel like you're alone, and you've nowhere to turn
I'll be at your side "

Cuando se dio cuenta de lo que habia hecho se sonrojo violentamente. ¡Su primo intentaba concentrarse y ella le interrumpía!

Subio sus piernas al asiento, y enterrando su rostro en sus rodillas, se callo de inmediato.

Alzó la cabeza, saliendo de su letargo, algo preocupada.

- Si - contesto Alessa en voz bajita, ya tranquila de que estuviera de vuelta - estoy bien, no hay problema.

Espero unos segundos, y luego hablo.

- Y esto, entonces, ¿qué hacemos aquí? - pregunto con un renovado entusiasmo, dando una nueva mirada a la zona. Apreto con fuerza su bolsillo, donde tenía la carta de su padre. ¡Quizas le vendría a verla también!. Ese pensamiento le alegró aún mas.

Alessa le escucho atentamente

- No... - dijo la niña - no tengo sueño -

Eligio mal momento para bostezar largamente. Se sintio algo avergonzada por mentir.

- Bueno, si lo tengo - reconocio al final, con la cabeza gacha - pero no importa, puedo dormir sentada, lo he hecho cientos de veces y no es incómodo - dijo rapidamente, sin ningún alarde de presunción, queriendo no causar molestias a su primo -

Solo sabía que quería llegar a casa. Podía soñar despierta con todos sus parientes abrazandola, queriendola y protegiendola, tal como lo soño por tantos años.

Era muy niña, siempre encerrada en un mundo de fantasías sin fin. Y ahora sentía que la realidad era como un espejo roto: lleno de fragmentos despedazados.

Escuchó lo que dijo Mike, ausente, pero escuchandolo de verdad. Alessa no pudo dejar de notar el tono de su voz. Aún cuando la verdad era horrorosa, habia preocupación. Para su propio asombro, asintio con la cabeza, entendiendolo y aún queriendolo.

Respondio con lentitud

- Pe-pero y-yo no he hecho na-nada a nadie - el labio inferior le temblaba, quería llorar y a la vez iba asumiendo la informacion de que su primo era un ¿demonio?. Íncluso la palabra sonaba extraña en sus pensamientos.

Y recordo... "por lo que eres"

- ¿Qué soy? - fue lo único que atino a preguntar, con los pensamientos tan borrosos como el empañamientos de sus ojos, que no le dejaban vislumbrar bien - Mike, ¿qué soy yo? - demando con un extraño miedo. Esos de los que sabes la respuesta, pero te la niegas a ti mismo.

- "No quiero volver ahí" - fue lo primero que penso Alessa, el orfanato no traía buenos recuerdos.

Ahora habia una lucha interna en su mente y corazón. Pero, ¿cual de los dos debía escoger?. Era pequeña, y tenía la capacidad de amar intensamente en menos de dos segundos, pero odiar no, ella no conocía ese sentimiento.

No le guardaba rencor a Mike, aunque ya había desmentido que no era su primo, ya era tarde. Todo habia quedado en su mente a quedarse para siempre.

La niña estrujo nuevamente la carta de su padre en su bolsillo, hasta volverla un bollo.

Si lo importante era lo que ella creía y haría, entonces no había más que discutir.

- Yo creo... - comenzó a hablar - yo creo que no podría sobrevivir allá fuera ni tampoco en el orfanato, terminaría huyendo -

Calló abruptamente de repente.

- No me importa qué sea yo ni que seas tú, para mi tú eres solamente Mike y te quiero tal y como eres... - trató de sonreir aún cuando estaba afligida - tú me salvaste y me devolviste la esperanza, no importa lo que suceda... ¡me quedo contigo! -

Y de pronto, sintio paz consigo misma al haber dicho todo aquello. Porque era lo que verdaderamente sentía. Por primera vez, podía decirlo sin miedo.

Obedientemente, la niña murmuro un simple <<si>>.

Su mente empezó a trabajar, ahora que comenzaba una nueva vida junto a Mike, no podía guardarle ningún secreto. Tampoco deseaba engañar o mentir.

Y ya sabía por donde comenzar.

- Mike - dijo Alessa, llamando su atención de manera discreta mientras que sacaba de su bolsillo un arrugado papel - ten aquí, esta es la carta... de mi padre - ahora que lo decía, no había emoción alguna en sus palabras. Antes habia estado alegre, ahora no. - me la mando hace un año -

Dejo la carta a un costado de donde estaba Mike, para que cuando tuviera tiempo pudiera leerla.

Spoiler:

Luego Alessa saco el regalo - que estaba atras de su chaqueta - aquella navaja de buen tamaño, de extraña forma y dibujitos que ella encontraba graciosos.

Cuando Mike bajo, Alessa guardo la navaja, sin que nadie la hubiese notado - o al eso pensaba -

Todavia consideraba la baratija como algo especial, cuando Mike volvio, ella se mantuvo tan seria como él, sabiendo que estaba tomando estaba tomando una responsabilidad extra al llevarsela, y lo menos que deseaba era causar retraso alguno.

Bajo del carro y se coloco a su costado, con una aprensión innecesaria que supo encubrir sujetando el doblez de sus mangas, jugando en silencio.

Sabía más o menos como debía actuar, y lo mejor, sabía reconocer los tonos de voz, dandole la ventaja de apresurar la acción adecuada.

Aún así, conservaba el perfil bajo y tímido.

Si ella encontro rara aquellas instrucciones, se las callo y no pregunto nada. Alessa hizo lo mandado. Con cuidado coloco las líneas de sal por cada entrada y salida, sin dejar ningún espacio vacio.

Oyó su pregunta, y se acerco corriendo.

- Yo si, y mucha - dijo con una pequeña sonrisa impregnada en sus labios - quedó un poco de sal, aquí la dejo... - dejo el bote de sal en la mesa que estaba cerca.

Parpadeo un par de veces antes de contestar, paciente.

- Aquí esta, es una navaja, tuve que esconderla o me la hubieran quitado allí en el orfanato - hablo con visible nerviosismo.

Alessa saco cuidadosamente el arma, que estaba en un estuche y se la tendio a Mike.

- Es muy extraña - advirtio - tiene unas graciosas inscripciones -

Alessa no paso por alto la expresión de Mike, conocía esa mirada y a juzgar por el caracter de la niña, no se negaría.

- Puedes quedartela - dijo la niña sonriendo, alcanzando el tenedor y poniendose a comer. Cuando hubo engullido el primer trago, volvio a hablar - yo no entiendo que utilidad pueda tener, así que creo que tú le daras mejor uso -

Hizo una pausa, ahora estaba seria.

- Puedes quedartela, con una condición - dijo apoyando sus manos en la mesa. Si algo habia aprendido en el orfanato era el sistema de trueque: jamás dar algo sin recibir algo a cambio, por mínimo que sea.

Y lo único que tenía ella era una pregunta.

- Es algo simple, no creo que haga daño - dijo Alessa, seria y firme - necesito que me digas, ¿qué soy yo? -

Guardo silencio, pero decidio agregar algo más.

- Esta noche se suponía que debí haber muerto - exclamo, con un poco de tristeza en su voz - ya se que no lo estoy, y todo gracias a ti... pero, de verdad, necesito saber por qué - termino de decir -